Publicidad
La centenaria bodega catalana famosa por sus espumosos, presentó ayer oficialmente en Barcelona su primer vino tranquilo: Viñas de Anna. El acto tuvo lugar en el restaurante Àbac del chef Jordi Cruz, que ejerció de perfecto anfitrión aprovechando que es imagen de la marca.
El director del grupo Codorníu, Xavier Pagès, explicó que “este lanzamiento es un paso más en el objetivo estratégico del grupo de dar a los consumidores de Codorníu nuevos productos para distintos momentos de consumo”.
Bruno Colomer, enólogo de la bodega, añadió que Viñas de Anna se comercializa en dos formatos: una botella blanca para el sector de la restauración, y una botella transparente para el consumo particular. Pero las diferencias, explicó, no están sólo en el envase: aunque se trata del mismo vino, el coupage de chardonnay y muscat varía ligeramente, siendo menor el porcentaje de muscat en la versión para restauración, ya que según palabras de Colomer “de esta forma no domina sobre los platos”.
Viñas de Anna se elabora con uvas de parcelas propias de Codorníu: el muscat proviene de la zona del Empordà y el chardonnay de Costers del Segre. Al tratarse de dos zonas geográficas distintas, el vino está amparado bajo la Denominación de Origen Catalunya.
Se trata de un blanco premium elegante y fresco que desde la bodega califican “con marcada personalidad femenina”. Dominan las notas a fruta blanca, manzana, melón, lichi… así como notas cítricas con un fondo de especias dulces. En boca es fresco y voluminoso, con un final largo y agradable que lo hace perfecto para acompañar platos de carne blanca, pescados, mariscos, arroces y pastas.
Jordi Cruz, por su parte, lo definió como “un vino sensual, muy romántico”.
El grupo Codorníu, aunque ha destacado en la elaboración de cava, posee más de 450 años de experiencia en la elaboración de vino y posee ocho bodegas. No obstante, ahora, por primera vez en su larga trayectoria, se ha decidido a elaborar un vino de sus propias viñas: Viñas de Anna.
