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Con cerca de 200.000 hectáreas plantadas en todo el mundo, esta variedad española, es la más internacional y allá donde va, triunfa.
Desde 2013, la producción de vino ecológico ha aumentado más de un 70% en los principales países de elaboración, países como España (que posee la mayor bodega biodinámica de Europa, en La Mancha, con 500 ha) Francia e Italia.
Una de las mejores maneras de descubrir las tierras leridanas es hacerlo a través de sus vinos. Unos vinos que se caracterizan por su calidad, diversidad, sostenibilidad y por su elaboración en bodegas con encanto ubicadas en bellos parajes naturales.
El vino espumoso ancestral, también conocido internacionalmente como Pét-Nat –la abreviatura para la palabra francesa Pétillant-Naturel (espumoso natural)–, se caracteriza por finalizar la única fermentación del vino en la botella. Ahora, impulsados por los vinos naturales, son tendencia.
Nos confiesa que se siente afortunado y que disfruta cada día con su trabajo, en el que se divierte y aprende. Elabora platos en los que los vinos son la inspiración, un tipo de cocina que no ha pasado por alto a los inspectores de la Guía Michelin, que han concedido una estrella al restaurante que lidera, Ambivium, enmarcado en las instalaciones de la bodega Pago de Carraovejas, en la Ribera del Duero.
Este año, más que nunca, debemos decirle a nuestro padre que lo queremos y agradecerle todo lo que nos ha enseñado y sigue enseñando cada día. Y podemos hacerlo con un detalle que podamos compartir con él, aunque lo importante no es solo el regalo sino el tiempo que le dediquemos.
