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Inspirado en el movimiento de las olas del mar al que mira constantemente, el beach club, propiedad de Grupo Mosh, acoge una oferta basada en servicios destinados al cuidado de sus visitantes, la cocina mediterránea, el diseño y la moda, la música en directo y la conexión con el entorno natural.
El hecho de que Nido Estepona sea reconocido como uno de los restaurantes y clubs de playa más bellos de todo el país (y gran parte Mediterráneo) no es, quizá, una novedad, pero sí uno de los primeros comentarios que cada uno de sus visitantes constata al doblar la última de las curvas de la larga plataforma litoral que conecta el mundo exterior con este idílico lugar, reducto natural donde el tiempo parece detenerse y dar un respiro para sanar cuerpo y alma.
Y es que la joya de la corona del Grupo Mosh en Estepona tiene acceso directo a la playa y un diseño firmado por Archidom Studio que lo diferencia de cualquier otra propuesta con salida al mar. Inspirado en el movimiento de las olas, que se reproduce en las formas curvas de su estructura principal, la idea fue crear un efecto de escalonamiento para que todos los visitantes puedan disfrutar de unas vistas panorámicas.
En este universo de evasión, destaca también la propuesta gastronómica del restaurante basada en la elección del producto de proximidad de mayor calidad como denominador común en todos los platos y recetas tradicionales de la costa mediterránea más andaluza. Arroces valencianos, verduras y legumbres de la huerta malagueña, atún rojo toro de Almadraba, pescados y mariscos de la propia costa esteponera, el mejor punto de inicio para culminar un menú donde la tradición pasa por las manos del chef ejecutivo de Grupo Mosh, Franco Franceschini, para revisitar platos universales de la mesa mediterránea y adaptarlos al ambiente de un lugar como NIDO Estepona.
Son platos imprescindibles en la carta del restaurante entrantes como la ensalada de tomate de temporada o el salmorejo en dos texturas, las almejas a la andaluza, las croquetas de bacalao o el gambón al ajillo, pasando por otras elaboraciones como el tartar de atún rojo y aceite de albahaca (en temporada de la misma), la lubina a la sal, el pulpo a la parrilla o arroces icónicos como la tradicional paella valenciana o Señoret, para cerrar con elaboraciones dulces como un flan casero receta familiar, desde generaciones, del chef Franceschini.
Corona su propuesta gastronómica una selecta carta de cócteles de autor para maridar la comida o disfrutar por separado en cualquier momento, ya sea a la orilla de la piscina o viendo el atardecer desde el cobijo desde uno de sus sugerentes “nido” a modo de refugio de la rutina
