VINO

Cata magistral dirigida por Pedro Ballesteros en The Wine Edition Wines from Spain

El valor de la autenticidad, la recuperación del territorio y la expresión del origen protagonizan la primera jornada de The Wine Edition Wines from Spain.

La tarde del lunes ha estado marcada por los vinos fronterizos que se elaboran en la linde entre España y Portugal, en una cata magistral dirigida por Pedro Ballesteros MW, que ha contado con la presencia de Pedro Ramos, sumiller del Restaurante Alma** de Lisboa.

El buen momento que viven los vinos de Jerez, explicado por cuatro grandes elaboradores como son Peter Sisseck, Armando Guerra, Willy Pérez y Ramiro Ibáñez, ha cerrado la primera jornada de The Wine Edition Wines from Spain.

La primera mañana del congreso de vinos de Madrid Fusión Alimentos de España ha estado protagonizada por el encuentro con productores conducido por Fernando Mora MW sobre la importancia de la recuperación de viñedos abandonados en el monte, y las innovaciones en sala en lo que respecta al papel del sumiller, en una mesa redonda que ha unido a José Antonio Navarrete (Restaurante Quique Dacosta***), Annegret Kühnert (Restaurant Manager de Noma***) y Ferran Centelles (ex sumiller ElBulli).

Durante el almuerzo, Mohamed Benabdallah, sumiller del Restaurante Extebarri*, ha presentado diferentes opciones de maridaje para platos de carne, de la mano de Discarlux y Joselito, en el primer Vinomio del congreso.

Pedro Ballesteros MW

En la frontera entre España y Portugal, una zona única y singular conocida como La Raya, nacen grandes vinos ibéricos. Así lo han demostrado Pedro Ballesteros MW y Pedro Ramos, sumiller del Restaurante Alma** de Lisboa, durante la cata magistral que ha inaugurado la sesión de tarde la primera jornada de The Wine Edition Wines from Spain. Una ponencia en la que los asistentes han podido descubrir la tipicidad de esta zona a partir de seis “vinos-joya”, tres portugueses y tres españoles, que han puesto de manifiesto las similitudes y también las diferencias de este privilegiado territorio vitivinícola.

“Los vinos de La Raya nos hablan de historia, estamos en una zona en la que a día de hoy nacen algunos de los mejores vinos de la península ibérica y del mundo”, se ha atrevido a decir Ballesteros. Se refiere a la frontera terrestre entre España y Portugal, llamada coloquialmente La Raya, un concepto mucho más amplio que se refiere al espacio geográfico donde las poblaciones portuguesas y españolas comparten elementos históricos, culturales y económicos.

En la cata se han podido apreciar las diferentes expresiones de variedades como la touriga nacional o la tinta roriz portuguesas en comparación con nuestra uva tempranillo, mirando el mapa físico desde España o desde Portugal y a partir de los vinos de diferentes productores.

“El vino es mucho más que un alimento, es un producto humano, un sueño, un lujo, una historia. Y la narrativa nunca es un cuento, es una verdad bien expresada. Por eso tener variedades nuestras, de verdad, es una ventaja enorme frente a países del Nuevo Mundo”, apuntaba el Master of Wine español. Tomando como ejemplo la rufete blanco, Ballesteros hacía hincapié en las variedades que se están descubriendo actualmente y que, según sus palabras, “sirven para despertar ese patrimonio genético cuyo mayor interés es generar una identidad para despertar una narrativa”.

El nuevo Jerez

La recuperación de pagos abandonados y otras formas de elaborar la uva palomino fino en el Marco de Jerez, ha sido la temática encargada de clausurar la primera jornada en el auditorio de The Wine Edition Wines from Spain.

El Marco de Jerez está viviendo una renovación en manos de viticultores y bodegueros comprometidos con la recuperación de viejos pagos, cuya visión se acerca también a la creación de otro tipo de vinos. Peter Sisseck, Armando Guerra, Willy Pérez y Ramiro Ibáñez han expuesto esta tarde sus experiencias con la albariza y la palomino en una ponencia que tenía objetivo sentar las bases de lo que ya se conoce como “nuevo Jerez”.

“Lo que me chocó al llegar a Jerez es que nadie hablara de la viña, que el proceso fuera más importante que el origen, porque lo lógico siendo viñatero es mimar el viñedo, aunque sea por romanticismo y no se traduzca en volumen”, ha expuesto Peter Sisseck. De ahí el desafío de poner en marcha un proyecto diferente en el Marco de Jerez que el productor asegura que le ha cambiado la vida.

Willy Pérez y Ramiro Ibáñez han hablado de sus proyectos de recuperación de viejos pagos y vinificaciones antiguas, a través de los cuales sacan lo mejor de los principales parajes jerezanos, los históricos Carrascal, Macharnudo, Balbaína y Añina, a través de vinos finos de terruño de gran concentración y escasa crianza biológica, que cuentan la historia de cada viña en homenaje a los vinos elaborados con ellas tiempo atrás.

“Jerez, históricamente, significa la grandeza del vino español”, ha argumentado Sisseck. “Es el mejor vino blanco de España y también el más original”. Pero otro Jerez es posible y, de hecho, es una realidad. La definición de los pagos, la selección de las viñas o la puesta en valor de la añada son factores que se tienen en cuenta en un nuevo Jerez que busca una mayor cercanía con el terroir. Armando Guerra ha presentado uno de sus vinos de larga crianza biológica, procedente de una mezcla de parcelas y con un perfil clásico que, a su parecer, “refleja también ese concepto de innovación que reivindica tanto la antigüedad como la novedad del Marco”.

Cuatro puntos de vista diferentes pero complementarios sobre lo que está pasando a día de hoy en la tierra de Cádiz, que reflejan una riqueza que sirve como argumento para que los vinos de Jerez sigan su camino hacia el éxito. “Somos herederos de nuestros antepasados, nuestra tarea es la de complementar un sistema de crianza tradicional con nuevos proyectos y discursos alternativos”, ha asegurado Guerra.

¿Qué tiene que pasar entonces para que Jerez se consuma más? “No son vinos para todos los públicos, pero reconquistar el mercado está muy ligado a esta mayor diversidad de nuestros vinos y a las nuevas formas de comunicar que estamos poniendo en marcha”, respondía Armando Guerra. “No son vinos normales ni pretendemos que lo sean porque entonces perderíamos la verdadera la esencia de Jerez”, añadía Willy Pérez.

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