Publicidad
El restaurante Tomás, que abrieron los hermanos sorianos Tomás hace ya la friolera de 40 años en el barrio barcelonés de Trinitat Vella, ha renacido bajo el nombre de Tomax y se ha trasladado al centro de la Ciudad Condal, a la calle Loreto, a un paso de la Diagonal. Sus responsables actuales son Julián Tomás, hijo de uno de los dos hermanos Tomás y Máximo Nieves, de ahí el añadido de la “x” al nombre del local. Pero sólo esos han sido los cambios, ya que la esencia del antiguo restaurante sigue intacta: ofrecer lo mejor de la auténtica cocina castellana con un toque de actualidad. Y lo consiguen sobre todo, gracias al producto de primerísima calidad que hacen traer de toda la geografía española y por supuesto, a su excelente elaboración. En estas fechas en las que apetece más que nunca la comida casera, ésa que nos recuerda a la que hacían nuestras abuelas, Tomax es una opción a tener muy en cuenta. Aquí las raciones son abundantes y los platos tienen fundamento, empezando con los torreznos fritos y el picadillo de chorizo de Montejo de Tiermes (Soria) –el pueblo natal de los hermanos Tomás– para abrir boca, pasando por las pochas frescas de Azagra (Navarra) con codorniz –que también pueden degustarse con almejas o foie– o el lechazo de cordero de Sotillo de la Ribera (Burgos) y acabando con la tarta de galletas de la abuela, un recuerdo de infancia a base de galletas María mojadas en café, nata y chocolate. Otro detalle que nos recuerda un poco los restaurantes de antaño es que no ofrece carta y es el mismo Julián quien recita los platos, a la vieja usanza. Tienen varias salas, entre ellas, cuatro reservados, ideal para grupos.
