GASTRONOMÍA

Realizar la compra de productos frescos y de cercanía ayuda a mantener una dieta más saludable

Hoy en día con los ritmos de vida actuales es difícil mantener una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable por falta de tiempo y estrés, pero, a pesar de ello, la población intenta comprar y alimentarse lo más sano posible. Una buena alimentación, realizar ejercicio físico y estar feliz, es la clave para un correcto bienestar, y conseguir un equilibrio en todo ello es la llave para lograrlo. Y es que, la mejor manera de alcanzar un estado nutricional adecuado es incorporar una amplia variedad de alimentos, principalmente frescos, de temporada y de proximidad, y para conseguirlos siempre existe la mejor alternativa que es la de acudir a los mercados de abastos de nuestras ciudades.

La Sociedad Española de Dietética y Ciencias de Alimentación (SEDCA) impartió ayer en el Mercado de la Paz, de Madrid, un taller llamado “The good food mediterráneo’ donde compartieron propuestas y consejos que ayudan a mantener un patrón alimentario saludable. “Son ideas fáciles de poner en práctica, aunque conlleven un esfuerzo personal, ya que con nuestro nivel de vida muchas veces vemos complicado comprar y desplazarnos al establecimiento más adecuado y eso nos lleva a una alimentación menos saludable” afirma Jesús Román Martínez, profesor de la Universidad Complutense de Madrid y presidente del Comité científico de la Sociedad Española de Dietética (SEDCA).

Una dieta saludable debe cumplir una serie de requisitos que nos permitan llevar una vida social activa con nuestro entorno sin dejar de renunciar a pequeños caprichos, además de ser lo suficientemente nutritiva, que tenga buen aspecto, buen sabor y unos ingredientes coherentes y razonables con nuestras costumbres, ya que si no cumple estos factores estará abocada al fracaso.

Se debe entender que alimentarse es un hecho muy complejo donde se entrelazan factores como nuestra psicología, la educación que recibimos, los alimentos que están disponibles en nuestra localidad, la economía, lo que comen a su vez las personas que están cerca de mí, etc., por ello comer y beber es un hecho esencial y cotidiano de la vida, pero, lamentablemente, un ambiente inadecuado y un estilo de vida poco saludable puede perjudicar seriamente a la salud. El profesor Jesús Román puntualiza que “hacer ejercicio regularmente nos hace más listos y mejora la memoria y el aprendizaje, es positiva para aumentar la productividad laboral e intelectual, es beneficioso para nuestra autoestima y contribuye a nuestra felicidad dejando atrás el estrés”

Por otro lado, el consumo moderado de bebidas fermentadas como la cerveza tiene un papel importante como excusa y con el fin de desconectar del trabajo o de tareas cotidianas que nos llevan al estrés. Jesús Román Martínez recuerda que “el consumo moderado de estas bebidas como la cerveza ‘tradicional’ aporta solo unas 45 kcal por 100 mL y la sin alcohol 15 kcal/100 mL” Asimismo, puntualiza que “estas bebidas se encuentran dentro de la Dieta Mediterránea y se han incorporado en la Pirámide de Alimentación Saludable de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) como una opción para adultos sanos, siempre bajo un consumo opcional y moderado”. Diversas instituciones internacionales indican que el consumo moderado de alcohol no debe superar los 30 g/día en los hombres (tres cañas de cerveza tradicional o 600 ml) y los 20g/día para las mujeres (dos cañas o 400 ml), y si se ingiere es aconsejable hacerlo acompañada de alimentos sólidos.

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