VINO

Masaveu Bodegas se suma a la viticultura regenerativa en Murua

Este modelo vitícola busca regenerar el suelo y aumentar su capacidad para captar carbono atmosférico, una de las causas del calentamiento global.

En una primera fase, el grupo aplicará esta agricultura en la finca La Cruceta de Bodega Murua, en Rioja Alavesa, con una superficie de 10 hectáreas.

El proyecto piloto incluye el uso de cubiertas vegetales, el pastoreo con ganado ovino, la colocación de cajas nido, la plantación de árboles frutales y el estudio de las relaciones entre la fauna y la flora.

Masaveu Bodegas aplicará la viticultura regenerativa en la Bodega Murua, en Rioja Alavesa, sumándose así a este modelo vitícola que busca regenerar el suelo y combatir el cambio climático aumentando su capacidad para captar carbono atmosférico, una de las causas del calentamiento global.

El proyecto se desarrollará, en una primera fase, en la denominada finca La Cruceta, situada al sureste de la localidad de Laguardia, con 10 hectáreas de extensión y una producción media de 50.000 kg. El plan agrícola de Masaveu Bodegas prevé utilizar la parcela como “laboratorio natural” para extender más adelante este modelo vitícola a otras fincas y bodegas tras el proyecto piloto desarrollado en Murua. “En Masaveu Bodegas queremos aprender de la naturaleza aprovechando sus propias herramientas a favor del cultivo de la vid”, subraya José Masaveu, director general de Masaveu Bodegas.

La viticultura regenerativa, un modelo agrícola extendido en otros países del mundo, pero con escasa aplicación aún en España, busca adaptar el cultivo de la vid al ecosistema natural corrigiendo las transformaciones realizadas por el hombre. Apuesta por regenerar el suelo, recuperar su vida e incrementar su capacidad para captar carbono atmosférico y reducir la concentración de este gas en la atmósfera, una de las causas del calentamiento global. Para ello, aboga por usar cubiertas vegetales, un elemento clave en esa transformación. De esta forma la tierra está protegida por los rayos del sol para no dañar y romper su sistema natural de fertilización. Las cubiertas vegetales aumentan la capacidad del suelo de absorber CO2 y reducen así la erosión y la temperatura, disminuyen la degradación y, sobre todo, aumentan la retención del agua en el suelo.

La actuación, que se desarrollará en la finca La Cruceta, estará dirigida a regenerar el suelo mediante el pastoreo con ganado ovino, para transformar la vegetación en abono orgánico; la colocación de cajas nido para pájaros y murciélagos, para el control de insectos; y postes de apoyo para aves rapaces controlando las especies invasoras como ratones, conejos, etc. La plantación de unos 150 árboles frutales y arbustos autóctonos darán cobijo a la fauna auxiliar. El objetivo con estas acciones es observar y entender las interacciones con el viñedo, fomentar los puntos positivos y remediar los posibles imprevistos negativos. Para ello se ha establecido un diagnóstico actual de la parcela, un estudio de aves y suelos que servirán de base para determinar y observar su evolución.

“La aplicación de este modelo vitícola nos permitirá afrontar mejor las sequías, aumentar la materia orgánica del suelo, tener mayor capacidad de retención de agua, la reintroducción de árboles en el paisaje vitícola, la presencia de fauna auxiliar, la inexistencia de erosión, y una mejor producción y de mayor calidad”, explica Mathieu Barrault, enólogo de Bodega Murua.

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