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En 1795, el empresario mexicano José Cuervo fue el primero en recibir permiso de las autoridades virreinales para elaborar legalmente la que es hoy bebida nacional del país, el tequila. En la actualidad, es la marca más vendida en todo el mundo, y en especial estas etiquetas, Especial Gold y Silver.
Las icónicas botellas se renuevan. Cambian de aires, se estilizan y modernizan sin perder un ápice de su esencia, que las hace tan únicas. Ganan en elegancia, con líneas más rectas y ángulos más marcados en su parte superior e inferior, ganan así en frescura y en estética gracias, también, a una sofisticada base tallada en relieve.
El objetivo de sus nuevas etiquetas y elementos es claro: Reforzar los lazos entre sus consumidores y su historia, tan clave para el desarrollo de este destilado a nivel internacional.
Así, bajo el cuello, la fecha 1795 aparece grabada en el cristal, dando el protagonismo que merece esta fecha tan señalada para la casa. En un lateral, su compromiso con la integridad y su dedicación a la calidad queda patente en otro mensaje grabado en la botella.
La etiqueta trasera celebra el hecho de que se trata de una marca líder que no ha perdido de vista en ningún momento sus raíces, y es que 
continúa en manos familiares elaborándose en el mismo lugar, La Rojeña, en el mágico pueblo de Tequila, en Jalisco. Esta destilería, la más antigua de Latinoamérica, es un verdadero museo, un homenaje a un hombre, José Antonio de Cuervo, cuyo retrato y firma suponen el elemento central de esta etiqueta, y que creó un imperio que ha llegado hasta nuestros días.
Especial Gold
De las muchas etiquetas de José Cuervo, ésta encabeza la lista de los tequilas más vendidos en todo el planeta. Es un tequila idóneo para tomar solo, que resulta de una exquisita mezcla entre el reposado (añejo) y otros más jóvenes. Su color dorado, su especiado aroma dulce con notas de agave, madera y piel de naranja, su suavidad en boca, que recuerda al roble y a la vainilla, lo hacen absolutamente irresistible.
Especial Silver
Más conocido como Cuervo de Plata, esta exquisita mezcla de tequilas es el epítome de la suavidad y la sutileza. Los maestros mezcladores de La Rojeña consiguen con él un equilibrado balance con notas de agave, caramelo y hierbas frescas.
