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Carlos Peira, presidente de Cellers Scala Dei y Ricard Rofes, enólogo de Cellers Scala Dei
Heretge, la nueva y transgresora apuesta de Cellers Scala Dei, es un monovarietal de cariñena que rompe con el dogma seguido hasta ahora por la bodega más antigua del Priorat, para la que la garnacha ha sido siempre seña de identidad.
Este vino representa una herejía para Scala Dei, que mantiene el método de elaboración ancestral que caracteriza a sus vinos heredado de los monjes cartujos del siglo XII.
“Con este vino hemos querido rendir tributo a la viticultura ancestral y a todos aquellos que de manera heroica trabajaron la vid y la tierra durante años y que fueron capaces de preservar los viñedos en tiempos difíciles. ‘Heretge’ quiere mostrar y conservar su legado”, asegura Ricard Rofes, enólogo de Scala Dei. Procedente de tres costers diferentes: Cap la Serra, Parts de l’Ase y La Font, con vides de más de 80 años, este vino refleja fielmente la tipicidad y el carácter único de la zona.
Desde principios del siglo XX, la cariñena ha tenido un papel relevante en Scala Dei y después de trabajar con ella durante cerca de 50 vendimias, forma parte imprescindible de la historia de la bodega. “Con ‘Heretge’ buscamos el modo de potenciar la tipicidad y unicidad del lugar de procedencia de la uva y mostrarlo sin reservas. Nos hemos centrado en elaborar un monovarietal de cariñena de la máxima calidad con la mínima intervención buscando que el vino exprese fielmente su origen”, afirma Rofes. “Ha sido un reto apasionante y hemos trabajado minuciosamente durante el proceso de vinificación para conseguir el equilibrio perfecto entre esa calidez en el vino que le otorgan los suelos de pizarra, densos y profundos, a la vez que se conserva la frescura característica de este varietal”, explica el enólogo.
De intenso color brillante con matices violáceos, ‘Heretge’ es un vino equilibrado y profundo con aromas a fruta madura. La variedad por sí misma aporta ese toque de frescura que encontramos una vez el vino nos llena la boca, destacando asimismo la mineralidad procedente del terruño. Es un vino bien estructurado y con cuerpo, fiel reflejo del viñedo de origen.
El lanzamiento de este vino se realiza con una edición limitada de cerca de 3.000 botellas, elaborada de manera artesanal y que consigue capturar el legado de un paisaje abrupto ejemplificando de manera extraordinaria el carácter único del Priorat y su cariñena, dejando que sea la tierra quien hable por sí misma.
