El Café d’en Víctor celebra sus 25 años de éxito

Paella de langosta con zamburiñas

El Café d’ en Víctor fue uno de los establecimientos pioneros en servir comida de calidad y cuidar con esmero su servicio en el ahora tan de moda barrio barcelonés del Born.

Este año celebra su 25 aniversario afianzando su cocina de mercado, con platos mediterráneos y toques de autor, en un entorno privilegiado, junto a la Catedral y la antigua muralla de Barcelona.

Quizá el secreto de su éxito es que este restaurante es una rara avis en una ciudad invadida por locales de franquicias y de miles de bares de tapas de calidad nunca asegurada. Desde hace un cuarto de siglo mantiene, en su envidiable emplazamiento en la calle Tapineria, una muy honesta cocina de mercado: pescados frescos, carnes sabrosas y unos de los mejores arroces de la ciudad, son los protagonistas de una carta que también tiene una variada selección de platillos del día, torradas y menús de mediodía y noche con precios muy ajustados. Por  ejemplo, tiene un menú de medio día por 12€ de una calidad difícil de igualar y uno de noche de 21 €. Sus clientes habituales escogen como entrantes sus sabrosas almejas, los chorizitos al vino blanco, el pulpo, la tortilla de patata y de verdura, el jamón o la morcilla de arroz. También hay buenas ensaladas y carpaccios (no hay que perderse el de foie de pato), gazpacho casero, parrillada de verduras …

Sus famosas paellas son otro de sus puntos fuertes: marinera, de verduras, mixta, de langosta o arroz negro. Hay siempre pescados de mercado: dorada, bacalao, atún etc.. (preparados a la sal, a la vizcaína o con escalivada) y un recomendable tartar de salmón.

En el apartado de carnes triunfan el rabo de toro, su famoso steak tartar (receta especial de su dueño, Víctor Nuez) o la espaldita de cabrito, además de los buenos entrecots y solomillos. También hay algunos platos gourmet con sello del chef como el risotto de setas silvestres con fritura de gambas , el solomillo de ternera con foie y reducción de Pedro Ximenez o el rape con ostras a la marinera, que dejan huella en la memoria.

Una selección de postres caseros, entre los que destacan la panacota de leche de almendra y frambuesa y el flan de uvas con leche merengada, y una bodega básica con precios muy competitivos completan la oferta .