VINO

La gran campana del artista Evru encuentra su santuario en La Viña de los Artistas

Los más de 500 asistentes presentes en la inauguración de la obra de Evru del pasado día 15 de julio también pudieron visitar las otras esculturas, así como el impresionante obra de 60m. Entre el Cielo y la Tierra que el pintor Gregorio Iglesias creó durante dos meses en medio de La Viña de los Artistas y que actualmente recubre las cuatro paredes de la sala de barricas de la bodega, así como la exposición temporal de Manolo Gómez.

La fiesta continuó con una cena de sutil inspiración oriental servido en medio de La Viña de los Artistas y maridada con los vinos Saó Blanc y Saó Expressiu de la bodega Mas Blanch i Jové y un concierto de música electrónica a cargo de Fernando Lagreca.

Dongda se creó por la retrospectiva Zush/La Campanada que el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid dedicó al artista hace unos años.

La obra de Evru forma parte de las colecciones de los reconocidos museos, tanto en el ámbito nacional y cómo los internacionales, como el MoMA de Nueva York o el Centro George Pompidou de Paris.

La Viña de los Artistas de Mas Blanch i Jové ( La Pobla de Cérvoles, Lleida) fue concebida por Josep Guinovart e inaugurada en 2010. Actualmente, cuenta con más de 7 obras expuestas de forma permanente en medio del pintoresco paisaje de La Pobla de Cérvoles y a partir de este mes de julio cuenta con una nueva adquisición.

Evru no es un artista que deje indiferente. Antes llamado Zush (hasta el 2001) y nacido como Albert Porta, ha sido un creador que se ha ido reinventando a lo largo de su dilatada carrera. Se define como un artista, científico y místico, Evru ha creado un espacio imaginario con un lenguaje y simbología propia.

Y así también es La Gran Campana, Dongda, una obra personal y relevante, que fascina e inquieta al mismo tiempo. Fue una de las últimas obras que hizo como Zush. Por el artista concebir La Gran Campana representó un acto de doble creación: el arte de su composición conceptual y estética plasmadas en el molde y el proceso casi mágico de su fundición en bronce que podría compararse con el nacimiento de un nuevo ser.

Evru a través de Dongda quiere recuperar la tradición de hacer repicar las campanas. Así el observador nunca es pasivo en presencia de La Gran Campana: puede intervenir en la acción de hacerla vibrar o en el proceso de recepción del mensaje acústico. Su estímulo sensorial puede tanto congregar la comunidad cercana como promover la unión espiritual de uno consigo mismo, con la humanidad y con el universo.

Así, a partir de ahora los visitantes que recorrerán La Viña de los Artistas de Mas Blanch i Jové podrán adentrarse en el bosque, jugar, comunicarse, meditar o simplemente escuchar como el paisaje vibra con el sonido de la Dongda.

Un poco de historia
Guinovart, uno de los grandes pintores catalanes contemporáneos y reconocido en todo el mundo, tiene su In Vino Veritas –la última obra que creó antes de morir (un increíble mural de 10 metros dedicado al vino)– dando la bienvenida a los visitantes de la bodega Mas Blanch i Jové, en la DO Costers del Segre. Guinovart, gran amigo de la familia, también fue el ideólogo de la «Viña de los Artistas»: una iniciativa única y pionera que integra plenamente al vino en el universo artístico. Una sala de exposiciones al aire libre, en medio de la viña, donde esculturas magistrales son testigos del crecimiento de las cepas.

La Viña de los Artistas se inauguró oficialmente en 2010 , y como homenaje al espíritu que la concibió se dedicó el Año 0 a Guinovart inaugurando de forma póstuma su escultura «El Órgano de Campo».

El Año 1 fue dedicado al músico y compositor Carles Santos quien creó la obra «Vino Sonoro»: un gran espectáculo musical, un paseo por la historia de la música y la gastronomía que reunió a más de 400 personas . Cinco pianistas, un violín y un coro, en aquel lugar único lograron transportar a los invitados y hacerles vivir una noche inolvidable. Como testigo de su paso por la Viña de los Artistas, Carles Santos dejó su legendaria barca «La Sargantaneta» navegando sobre una de las encinas.

Esteve Casanoves fue el artista invitado durante Año 2. Casanoves diseñó un anfiteatro que se inauguró con el espectáculo «En el interior del hueso, el Olivo» de la directora teatral María Vera: una combinación de música, danza y poesía que creó un sentimiento de amor entre el espacio y los espectadores y que sirvió como preámbulo de «la Luz (inclinada) sobre la Tierra», la impresionante escultura de más de 8 metros de altura de Esteve Casanoves que, presidiendo la viña, integra el hierro, el vidrio y la luz para que se fusionen con la tierra.

El año 3 fue dedicado al gran poeta Joan Brossa. La fiesta organizada por Mas Blanch i Jové y la Fundación Joan Brossa fue del estilo brossiano más puro. Se creó un itinerario poético en el municipio de La Pobla de Cérvoles, surgió magia entre barricas, hubo ópera en el mirador de La Pobla de Cérvoles, Commedia del Arte en la Cabaña de Guino, risas nostálgicas debajo de una encina y cabezudos de medio los olivos para inaugurar la escultura «Cap de Bou», inspirada en el poema visual de Brossa del mismo nombre.

Ese mismo año, el pintor de Les Borges Blanques Gregorio Iglesias pintó en medio del camino de La Viña de los Artistas su obra ‘Entre el Cielo y la Tierra un impresionante mural de 60 metros creado durante casi dos meses al aire libre con tintas chinas y colores naturales y que, desde día 22 de junio de 2013, recubre de forma permanente las cuatro paredes de la sala de barricas.

El año 4 fue dedicado a Susana Solano que nos obsequió con una noche enigmática y mágica para la presentación de su instalación «Signatures nº1» con un espectáculo etéreo de Pep Bou.

El año 5 fue danza y espectáculo ecuestre para inaugurar «Enmarcando el Sueño: Diálogo» de Assumpció Mateu. Y en la última edición, el año 6, Frederic Amat mostró su «Esclat»: una obra íntima dedicada a su madre que murió cuando él tenía 4 meses y que iluminó las piedras secas de la Pobla de Cérvoles mientras un emocionado Paco Ibáñez dedicó varias canciones a su amigo Frederic.

Por todas estas iniciativas, la bodega Mas Blanch i Jové ganó en el 2015 el premio de enoturismo de Cataluña en la categoría Arte y Cultura.

Y es que los responsables de Mas Blanch i Jové, «El arte y el vino maridan muy bien, de hecho consideramos cada botella de vino una pequeña obra de arte, aunque efímera porque está destinada a ser disfrutada y desaparecer». Mas Blanch i Jové, elabora 7 vinos -el Saó Blanc, el Petit Blanc, la Troballa, el Saó Rosat, el Petit Saó, el Saó Abrivat y el Saó Expressiu- que no paran de acumular premios (Decanter World Wine Awards, Concours Mondiel de Bruxelles …) y altas puntuaciones en las más prestigiosas guías españolas e internacionales (Wine Enthusiast, Guía Peñín, Guía Gourmets, Stephen Tanzer …) y todos ellos con una relación calidad / precio excelentes.

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