Si hay un plan capaz de reunir emoción, paisaje, gastronomía, arte y vino en una sola propuesta, ese es el que propone Ramón Bilbao esta primavera en su bodega de Haro (La Rioja). Con una experiencia enoturística completamente renovada, la prestigiosa bodega invita a vivir el vino de una forma profunda, sensorial y memorable. Y no hay mejor estación para hacerlo que ahora.
La primavera viste La Rioja de verdes intensos y cielos despejados, creando el escenario perfecto para explorar sus viñedos en plena ebullición. Las temperaturas suaves y los días largos convierten esta época del año en el momento ideal para descubrir (o redescubrir) la bodega de Ramón Bilbao, que ha reinventado su propuesta para que cada visita se transforme en un viaje único.
En Ramón Bilbao, cada paso invita a la exploración alejando su propuesta de las clásicas rutas de bodega. Su nuevo recorrido —con acceso a espacios hasta ahora nunca abiertos al público— combina historia, tecnología y arte para ofrecer una inmersión total en el universo del vino. Desde una proyección inmersiva que conecta al visitante con el alma del paisaje riojano hasta una sala de aromas y elementos interactivos que activan todos los sentidos, convirtiendo el recorrido en una vivencia emocional, donde cada sala es una puerta al descubrimiento.
Las colaboraciones con artistas de prestigio, como la instalación lumínica Luz de Envero o la escultura El Momento, reinterpretan el ciclo de la vid y el valor de cada racimo con una mirada contemporánea y poética. A estas se suman las Urnas de Aromas que ofrecen una experiencia sensorial para interactuar con los aromas del vino en su proceso de elaboración.
La bodega abre las puertas de cada rincón para conocer la historia y elaboración detrás de sus vinos, desde la sala de depósitos de hormigón o la sala de barricas más especial, donde envejecen los vinos más exclusivos de la casa. Todo en grupos reducidos de máximo 14 personas, para garantizar una atención cercana y personalizada.
Tras el recorrido, la experiencia continúa en el Wine Bar, que esta primavera se traslada al exterior, aprovechando su inconfundible entorno donde saborear el vino entre viñedos. Copas, tablas y gastronomía de cercanía se combinan con las mejores vistas de la Rioja Alta.
El restaurante de la bodega completa el plan con menús de temporada y cocina km0 maridada con las referencias más icónicas de Ramón Bilbao, creando el plan gastronómico perfecto para escaparse un fin de semana.