En el número 18 de la Corredera Baja de San Pablo, en el corazón del madrileño barrio de Malasaña, renace un emblema del ocio madrileño, ahora transformado en un espacio gastronómico que ofrece una propuesta desenfadada y muy sabrosa desde el aperitivo hasta la cena.
En esta nueva etapa, Casa Clavel promete ser uno de los hotspots de la temporada en Madrid, convirtiéndose en el espacio de confianza de quienes buscan buen ambiente y una experiencia gastronómica sin pretensiones, pero con alma.
El que fuera uno de los bares de copas más míticos del barrio madrileño de Malasaña, reabre sus puertas con una nueva propuesta que mira al futuro con una energía renovada.
Este clásico reinventado da un paso más allá y presenta una propuesta gastronómica propia, en la que tradición y modernidad se dan la mano en un ambiente desenfadado.
Así, abierto al público de lunes a jueves desde las 18:00 y hasta las 02:00 horas, viernes y sábados de 12:30 a 03:00 horas y domingos desde las 12:30 hasta las 02:00 horas, renace como un espacio en el que comer bien, donde el día y la noche se funden con naturalidad.
La recién estrenada carta de Casa Clavel apuesta por una cocina fresca y desenfadada. Se trata de una propuesta que celebra los pequeños placeres a través de platos elaborados con producto de máxima calidad, una cuidada selección de vinos y cócteles con personalidad, ideal para cualquier momento del día. Entre sus imprescindibles se encuentran clásicos como las gildas de anchoa o boquerón, o la ensaladilla rusa con gambas y mejillón, también en formato marinera con anchoa, perfectas para abrir el apetito.
Sin duda, uno de los pilares de esta propuesta es La Charcutería, con una selección exquisita de embutidos y quesos procedentes de La Charcutería de Octavio, tienda familiar comprometida con ganaderos y pequeños productores. Sus tablas, cuidadosamente elaboradas, incluyen desde paleta ibérica, cecina de vaca o butifarra blanca con setas, hasta chicharrón de Cádiz. Además, aquellos que lo deseen pueden crear su propia tabla de quesos, una opción tan personal como irresistible, perfecta para maridar con una copa de vino.
Como platos principales, los sándwiches marcan la diferencia. Destacan el Mixto Trufado, con pan brioche, lacón ahumado, tartufata, havarti y queso Raclette; o el de Carrillera Ibérica, con encurtidos caseros, mayonesa de kimchi y hierbas frescas, con pan de hogaza de masa madre del obrador Viena Labaguette. Además, ofrecen una receta vegetal con escalivada, apenade de tomate seco, encurtidos, espinacas y queso Havarti para quienes buscan un bocado ligero, sin renunciar al mejor sabor.
La carta de vinos destaca por su diversidad y su cuidada selección, con un enfoque especial en referencias naturales y en pequeños productores nacionales comprometidos con la calidad y la sostenibilidad. Además, la oferta incluye una amplia variedad de vinos de bodegas de corte más clásico para aquellos que buscan opciones más tradicionales.
La barra, por su parte, invita a dejarse llevar tanto para iniciar la experiencia como para poner el broche final. Su vermut con un toque de gin y pomelo, junto al spritz, la famosa mezcalita, el pisco sour o la paloma, forman parte de una carta de cócteles elaborada para disfrutar, capaz de satisfacer a los paladares más clásicos como a los más audaces.