Si antes había que coger el coche y dirigirse a un entorno rural para ensuciarse las manos con la brasa de los calçots, ahora ya no es necesario. Desde hace unos años el restaurante Melic del Gòtic acerca las calçotadas al corazón de Barcelona. Y es que en Cataluña las calçotadas son toda una tradición. Urbanas o rurales, disfrutar de estas cebolletas asadas con los amigos forma parte de las costumbres de numerosas personas en las semanas previas a la primavera.
Para entender cómo ha proliferado esta tradición gastronómica hay que hacer referencia a sus orígenes. Aunque existe la creencia de que los primeros en llevarse al paladar un calçot fueron los romanos, la teoría más extendida en Cataluña es que esta valorada tradición fue creada por el payés originario de la ciudad de Valls, Xat de Benaiges.
Nacido en el siglo XIX es posible que él no fuera el primero en asar una cebolla pero sí tuvo la ocurrencia de sacarle la piel hace 200 años. Y así la tradición ha continuado evolucionando hasta día de hoy que adaptamos los entornos para permutar las tradiciones.
Para más información: www.melicdelgotic.com