RESTAURANTES

Abre en Barcelona la casa de comidas Auto Rossellón

Auto Rosellón acaba de abrir sus puertas como una casa de comidas no-tag cuisine, en una esquina de Enrique Granados, en pleno Eixample barcelonés. Sus nuevos propietarios, Rafael Campos y Ronit Stern, han querido mantener el nombre y el rótulo de la entrada, como una manera de reinvindicar la autenticidad, el alma y la historia de un local que, durante más de cinco décadas, fue una tienda de barrio con recambios para automóviles.

Con capacidad para 35 comensales, los dueños han confiado la decoración y la imagen del local respectivamente a Bárbara Aurell, de Espacio en Blanco y a Max altes, de The thing think, que han sabido aportar a la antigua tienda de accesorios de automóvil un interiorismo acogedor y discreto al mismo tiempo.

En Auto Rosellón, la protagonista es la gastronomía, como puede verse en la mesa de la cocina a vista en el centro del restaurante y en la puesta en escena de la comida. Aquí, no se sirve el primer plato y luego el segundo, sino que los propios chefs presentan sus creaciones culinarias cuando están listas, en las mesas de los clientes, a quienes deleitan con un desenfadado showcooking.

La comida no tiene etiquetas, porque emana de la inspiración de su chef, Ronit Stern: “Puedes probar y explicar nuestra cocina, pero no puedes etiquetarla y eso es lo que nos gusta, porque las personas y los sentimientos tampoco se pueden etiquetar; son auténticos”.

Esta nueva casa de comidas abre todo el año, de 8 de la mañana a 1 o 2 de la madrugada, por lo que se puede comer a cualquier hora del día. Por la mañana, es un Specialty coffee, donde un barista con formación especializada prepara un café artesanal de la prestigiosa máquina La Marzocco acompañado de la mejor bollería. Entre semana, ofrece solo menú de mediodía. Por la noche, se puede pedir cualquier plato de su carta o elegir el menú degustación ‘Carte blanche’ o, lo que es lo mismo, que el propio chef elija los platos. Los sábados y los domingos, hay la opción de Brunch Lunch. Y, todas las noches, Auto Rosellón se transforma en un animado bar de cócteles.

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