Publicidad
Elaborado bajo la D.O. Valdeorras, y siguiendo la tradición familiar del concepto de ‘cru’, O Chao es un vino singular elaborado con uva procedente de una sola peza (parcela en gallego) plantada por Manuel Gayoso, el tío-abuelo de los actuales propietarios en 1941, con un clon propiedad de la familia desde 1885, el más antiguo del mundo. Durante una década, las uvas de este viñedo se utilizaron para elaborar el vino de comunión en el Santuario de La Ermitas, donde Manuel Gayoso impartía clases de teología.
Un viñedo singular en un enclave privilegiado en el que altitud y latitud se combinan a la perfección para que los racimos tengan una maduración perfecta y en el que los suelos de granito aportan ese sólido carácter mineral, rasgo común a todos los vinos de Valdesil, que ha situado los vinos de Valdeorras en algunos de los restaurantes más influyentes a nivel internacional.
La viticultura de la parcela es tradicional, sin apenas necesidad de intervención, heredera directa de la tradición vitícola milenaria gallega.
Tras la vendimia manual y selección de la uva en bodega, el vino se elabora de forma artesanal, siguiendo el legado familiar. Fermenta con levaduras salvajes en una única barrica de roble francés con tostado suave durante 6 meses. Antes de su embotellado permanece 12 meses en depósito de acero inoxidable para su estabilización y afinado.
Después se embotella manualmente y Borja Prada, director técnico de la bodega, escribe a mano la añada y el número en cada botella; solo 666 de la añada 2013. Es su homenaje a Manuel Gayoso y su empeño por transmitir el alma de las parcelas en las que cultivan la Godello desde hace siete generaciones.
Hoy en día los godellos de Valdesil se han convertido en la referencia en blancos gallegos de gama alta. La variedad de uva blanca godello, encuentra en la pequeña denominación de origen de Valdeorras, al oriente de Orense, y en las parcelas de Valdesil, las condiciones ideales para ofrecer vinos blancos, con gran paso en boca y una gran capacidad para mejorar con el paso del tiempo. Y es que la godello es una de las reinas de las variedades blancas a nivel mundial por su habilidad para expresar el terroir.
El resultado es un vino que muestra un formidable equilibrio, muy elegante y complejo y con una finura casi etérea, siendo su textura cremosa, con un final largo y una mineralidad musculosa que ensalza la refrescante acidez natural.
