Dicen que la noche del 23 al 24 de junio es la más mágica del año. Se celebra la llegada del solsticio de verano, marcado por el fuego, la música y el deseo de renovación. En Cataluña, es tradición celebrar la verbena con un dulce imprescindible: la Coca de San Juan – de brioche con frutas escarchadas o de chicharrones– acompañada de una copa de cava.
A continuación, os recomendamos las cocas de tres establecimientos barceloneses de una calidad incontestable y además, una tarta de queso y un helado inspirados en este típico dulce que solo se degusta la noche más corta del año. Tomad nota.
Los pueblos celtas daban la bienvenida al solsticio de verano mediante hogueras que representaban el cambio de fase y la purificación a través del fuego para ahuyentar a los malos espíritus. Siglos más tarde, esta tradición se fue arraigando a las distintas culturas hasta llegar a nuestros días. Y como toda festividad, tiene su propia tradición culinaria.
La Coca de San Juan es un dulce típico de la cocina catalana, cuyo origen es un antiguo roscón de huevos redondo, que se empleaba para adorar el sol, de ahí su forma. Aunque su extensión por diferentes zonas geográficas ha hecho que este dulce sea adaptado al gusto de cada lugar. Actualmente, la medida estándar y tradicional de la coca de San Juan, tiene el doble de largo que de ancho, presentando una forma rectangular alargada, aunque algunos obradores están volviendo al origen y las presentan redondas. Es el caso de Brunells (C/ Princesa, 22). Esta pastelería centenaria presenta una cuidada selección de cocas, entre las que destacan dos que fueron premiadas en 2024 y 2022: la de brioche de limón, albahaca y aceite de oliva y la de brioche de chocolate, con avellanas y rellena de crema de chocolate. Dos propuestas –disponibles en dos formatos– para nada convencionales que sorprenderán a los comensales en cada bocado y con las que la pastelería de El Born sigue apostando por la creatividad para celebrar la noche más mágica del año. Estas dos propuestas se añaden a la selección de sabores tradicionales que ya se pueden encontrar en la pastelería: de fruta, crema y de chicharrones. La pastelería también se destaca por su oferta de cocas individuales.
Por su parte, este año, Pastisseria Hofmann (Av. de Pau Casals, 5 y Carrer dels Flassaders, 44) vuelve a sorprender con una colección de cocas que combina la tradición con la creatividad y la excelencia técnica que caracteriza a su obrador.
A las tradicionales de fruta y llardons (chicharrones) se suma la de crema y naranja y las irresistibles e innovadoras cocas Sacher, mascarpone, y la novedad de este año: la de pistacho y cítricos.
Una combinación refrescante y compleja: Masa suave relleno con gianduja de pistacho, y matices de yuzu y se corona con glasa brillante, crumble de pistacho, pistachos enteros y dados de naranja confitada.
La tercera opción que os proponemos son las cocas de la Pastisseria Oriol Carrió. Las versiones más demandadas de este obrador con dos sucursales en la Ciudad Condal (Bailén, 216 y Provença, 139) son las cocas tradicionales de Sant Joan. Una de ellas, la coca de crema, fue con la que su maestro pastelero, Oriol Carrió, consiguió el reconocimiento a la mejor coca de crema de 2019. A la misma (coca de brioche de larga fermentación rellena de una crema de vainilla artesana), se le suman 6 opciones más que, dentro de un espectro clásico, ofrecen diversidad y calidad para todos los gustos: la de frutas confitadas (coca de brioche de larga fermentación con frutas confitadas y piñones del país), la coca de llardons (coca de hojaldre con llardons (chicharrones) de Castellar del Vallès y piñones del país) o la de cabello de ángel (coca de hojaldre de mantequilla rellena de cabello de ángel y decorada con piñones del país).
La novedad de este año tiene un nombre muy evocador: Solsticio de Verano. Una creación con masa de brioche tradicional, cremoso de coco y ganache de chocolate con fruta de la pasión. Se finaliza con puntos de mango infusionados con haba tonka y ralladura de lima y se decora con menta fresca.
Finalmente, como os avanzábamos al principio, os recomendamos dos originales opciones que tienen a la Coca de San Juan como base e inspiración: un pastel de queso y un helado.
Jon Cake repite alianza con el maestro pastelero Oriol Carrió, de la Pastisseria Oriol Carrió, para ofrecer su ya tradicional pastel de queso de coca de Sant Joan, elaborado con una coca clásica, la de frutas confitadas.
Este singular pastel de queso mantiene el sabor característico del pastel de queso pero con matices que recuerdan al mordisco de una buena coca tradicional, con su brioche de larga fermentación y sus frutas confitadas. Una combinación ideal que hará las delicias de los ‘fans’ de los cheesecakes.
Este pastel de edición limitada está disponible en Jon Cake & Coffee (Sant Pere més Baix, 36) y en Jon Cake & Wines (Gelabert, 42) del 21 al 23 de junio.
Su precio depende del tamaño del cheese cake: la pequeña cuesta 13€, la mediana 24€ y la grande 40€).
Y para los que prefieran un helado pero sin saltarse la tradición, Massimo Pignata tiene la solución. El reconocido maestro heladero al frente de uno de los principales proyectos de heladería artesanal en Barcelona, delaCrem, ofrece sabores inspirados en la Coca de San Juan. La historia de este ‘invento’ se remonta a 2013, cuando la pastelería Canal encargó a Pignata la elaboración de un helado con su coca tradicional. Ahora la tradición, más de 10 años después, es la de delaCrem, que puntualmente ofrece su helado de coca de Sant Joan cuando empieza el mes de junio.
Desde el año pasado, el helado de coca de llardons ha pasado a engrosar las vitrinas de delaCrem, aunque por tiempo muy limitado y este año, sólo en Creativa (Passeig Sant Joan 59).
Disponible en la tiendas de Enric Granados 15, donde se encuentran los helados clásicos más icónicos, en su obrador con zona de degustación en Passeig Sant Joan 59 (delaCrem Creativa, el laboratorio creativo donde se gestan los sabores más sorprendentes) y en el recientemente abierto delaCrem Terra (Muntaner 53), con la más amplia representación de sabores vinculados a producto de proximidad y pequeños productores.